Otanjoubi Omedetou Gozaimasu Gemela!!!♥

Ohaio~

Mi razón de venir hoy aquí es por que es el cumpleaños de mi gemela virtual :3 la conocí hace unos meses y realmente nos hemos vuelto como uña y mugre xD y bueno por si aún no captaron, aquí se celebran los cumpleaños de todo lector también x3 quiero expresarme mejor ante este caso…

otanjoubi omedetou gozaimasu Gemela!!!♥~

Eres mi gemela y Te Kiero Mucho!!!!!^^ Gracias por  compartir lindos momentos de frikiadas y habladurías nuestras que asustarían a todos los Johnnys xD Te Adoro Chica *¬*

Creo que no hay nada mejor que festejar  un cumpleaños con algo para leer nee??^^ … y por eso Gemela :L si bien no me salió como quería u.u pero no podía no ponerlo :L espero te gusté y lo disfrutes n.n

Autor: Midori♥

Pareja: Mery/Chii [hetero]

Tipo: One-shot

Advertencia: final happy~

No se olvide que: Las letras en cursiva son pensamientos de Mery~

Otanjoubi omedetou gozaimasu Mery Anne~

Hoy es un día como cualquier otro, despertó y apagó el despertador, el calendario le indica la fecha de su cumpleaños, ese día al fin llegó, pero con mucha pereza se desliza hasta tocar el suelo con sus pies, se soba la cara con la mano e intenta peinar algo su cabello con la misma mano, se levanta y va en dirección al armario.

Entonces la puerta se abre de pronto y con ella un montón de globos y pelotas de colores pequeñas, acompañado de una especia de lluvia de papelitos.

-Midori-chan~

-Ge-me-la!!! Feliz Cumpleaños!!!—la abraza.

-Emm gemela…

-Okane ja kenai dakara koso, kimochi de tsutaeru takaramono. Hazukashi garazu omedetou tok otoba de yuu yore choudo wo wo wo yeeeaah, wo wo wo yeaaah wo oh!

-Gemela, te sabes la letra de la canción de NEWS muy bien—su cara reflejaba perplejidad.

-Gemela, ni que decirlo, nee, ¿adónde quieres ir?

-La verdad gemela es que… no quiero ir a ningún lado—su vista clavada en la ventana deja pensativa a Midori.

-Por que no pudiste asistir al concierto de los Jumps y estás con cara larga.

-Sinceramente no tengo ganas de hacer nada—, se tumba en la cama y cierra los ojos.

-Al menos vamos al parque, y—la jala del brazo intentando levantarla—, tira una moneda acompañada de un deseo.

-Naaah~

-Onegai Shimazu. O sino no te dejaré en paz durante todo el santo día—ríe de manera macabra haciendo ademanes.

-Si hago eso, ¿me dejaras tranquila aquí?

-Es una promesa—sonrié.

-Ok.

Mery no muy convencida, asiste al parque, pocas personas, pocos amigos, pretendía estar sola ese día pero Midori no iba a irse si al menos no cumpliera uno de sus caprichos.

Se paro junto a la fuente y sacó una moneda de solo un centavo para arrojarla, no sin antes decir lo siguiente:

-Me gustaría poder volver a ser una niña de ocho años, en donde sonreía todo el tiempo y mi sonrisa de criatura desbordaba mis sentidos—la tiró, y luego volteó a ver a su amiga que había oído todo pero hacía de cuenta que no sabía nada—. Muy bien, ahora…

-Ya puedes irte—la interrumpió sonriente, a lo que la otra se fue alejando.

Una vez ya bastante lejos, Midori se acercó a la fuente y sacó de su bolsillo una moneda, de igual valor, cinco centavos, el valor más bajo del dinero Argentino.

-No necesitas dinero, solo su felicidad, así que, mi deseo será que, mi gemela Mery pueda conocer en persona a Yuri Chinen—, la moneda impactó con cierto eco en los oídos de Midori, provocando una media sonrisa acompañado luego con un poco de duda, ¿por qué había pedido algo así?

Cuidado con lo que se desea…

Muy tranquila y calmada Midori se giró y decidió alcanzar a su amiga que gracias a su gran pereza y tranquilidad no estaba muy lejos.

¸.•♥•.¸¸.•♥• Mas tarde •♥•.¸¸.•♥•.¸

Midori regresó a su casa, ya eran las dos de la tarde, por lo que, a Mery no se le ocurrió una mejor idea que matar el tiempo comprando revistas de sus artistas favoritos en la Johnny´s Shop. La tienda cerraba temprano ese día entonces decidió apurarse antes de llevarse un amargo sabor otra vez, utilizó la caminata rápida para ello. Pero más nerviosa se ponía así que fue acelerando el paso hasta que ya no pudo más y comenzó a correr. Por intentar llegar a tiempo y sin darse cuenta de mucho en una esquina en donde debía girar se llevó una gran sorpresa chocándose con otra persona.

Estaba en el piso y llevó su tiempo poder levantarse, entonces escuchó una voz familiar que la hizo enojar por su modo de hablar.

-¡Por que no te fijas por donde vas!

-¡Tu fuiste quien me chocó!—y entonces se fijo bien y si, sus oídos habían descubierto a la persona exacta, su vista se quedó clavada en los ojos del chico—. Yuri… Chinen… Gomenasai—, no podía evitar ser educada con él, y quizás por eso su voz sonaba rara.

-No, yo tengo la culpa—sonrió—, iba muy deprisa y por eso no te vi, lo siento—ofreció su mano para levantarla.

Ella aceptó con otra sonrisa e inmediatamente estiró su mano para complacer los modales del chico, mantuvo su vista en esa unión y pudo notar como su mano era mucho más pequeña que antes, quedaba pequeña y en la mano de Chinen.

-Etoo…

-Si hay algo que puedo hacer por ti solo dime—, Chinen parecía dispuesto a compensar lo que había hecho.

-Bueno… hoy es mi cumpleaños, así que… —no podía terminar de decirlo, un rojo carmín se había formado en sus mejillas antes de poder lograrlo.

-¿Quieres ir a algún lado?—él no se veía incómodo con la idea—, conozco un buen lugar.

-Entonces, llévame a ese lugar—ella tampoco iba a desistir de la idea, muy contenta accedió a sonreír y tomo la mano de Chinen que otra vez había estado presente.

Mery se había dado cuenta de que tenía que mirar a Chinen hacia arriba pues, en el camino alcanzó a ver su reflejo en varios lugares y vidrieras y eso le ayudó a darse cuenta de que poseía el cuerpo de una niña de ocho años, solamente su mente mantenían a la misma Mery de siempre.

-Disculpa, ¿me dices tu nombre?

Aquella sonrisa de niño inocente y bueno hacia que el corazón de Mery se hiciese pedacitos que luego se volvían a reconstruir en el momento, Chinen era tan lindo y bueno con ella que no podía creerlo, quería decirle que era su fan pero lo dejaría para después ya que quería contestarle.

-Mery Anne, Fan de Chinen Yuri.

-Oh, ¿en serio? Tu nombre es muy bonito—sonrió.

-El tuyo es demasiado genial—, acotó sonriente y sonrojada.

Estar con su ídolo Jump la hacía emocionarse, y es que a pesar de ser la Mery de siempre, su lado infantil y característico ánimo de un niño era notorio en ella, tal vez su mente no estaba en su estado mayor por completo, pero en aquel momento era una niña de ocho años y no podía evitarlo.

Chinen seguía caminando a la par con la niña, llegaron a una escalinata bastante difícil, Mery tuvo que tener mucho cuidado con eso. Chinen la esperaba a cada paso, no soltaba su mano y así le ayudaba a no caerse. En el último paso Mery saló y vio a Chinen quien le sonrió y siguieron caminando.

El camino era esplendoroso, el sol recaía sobre la ciudad y el calor no era demasiado, más estaba el clima templado aquel día, perfecto para una cita, como la que Anne estaba viviendo con Chinen.

-Llegamos Mery Anne—, ella alzó la vista y lo vio.

-Oooh! Es enorme!

-Si, ¿te gusta?

-Me encanta—se contentó, pero estaba dispuesta a obligar a Chinen a meterse con ella en aquel pelotero cuyo tamaño era bastante bueno para chicos no tan chicos—, demo, esta muy grande y me da algo de miedo, ¿no podrías acompañarme?

-Eh, bueno—. No era tan mala idea, además no había muchos chicos y él podía caber sin ningún problema—, esta bien.

-Arigato—, Chinen no podía resistirse a esa sonrisa inocente.

Escalaron por las escaleras de colores y llegaron a un gran tobogán, primero entró Mery y luego le siguió Chii, un grito de satisfacción mostraba que la pequeña la estaba pasando bien, seguido de Chii que no evitó dejar salir su lado de niño.

Al caer ya se situaban sobre un gran contenedor de pelotas.

¸.•♥•.¸¸.•♥• Narra Mery •♥•.¸¸.•♥•.¸

Aproveche el momento para arrojarle unas cantas pelotas y jugar con él, no pareció molestarle, en lo absoluto, se dejo llevar estaba riendo conmigo, creo que aquel día pude ver al pequeño Chii que llevaba dentro, y éste compartía un lindo momento conmigo.

Luego me alejé e intenté treparme para subir al siguiente nivel del lugar pero no estaba llegando, ahí vino Chinen y me dio un pequeño empujón y alcancé la otra barra de la escalera.

-Arigato—mi sonrisa ya era algo normal. Chinen me correspondió con otra sonrisa. Estiré mi mano y la aceptó, entonces nos deslizamos juntos por una cascada de pelotas mientras me aferraba a sus brazos que me contenían para no caer.

Seguí molestando a Chinen pero de un momento a otro mi mirada se perdió en esos colores, rosa, blanco, marrón y celeste, era un gran helado que se podía apreciar bien, se veía delicioso y no pude evitar quitarle la vista. Mi acompañante tomó mi mano y me llevó afuera, me quedé sentada en una banca azul mientras contemplaba unos globos de todos colores.

-Aoi bench~ —pronuncié nada más me di cuenta de donde estaba.

-Ten—, me dio un gran helado con los mismos sabores los cuales había pronunciado momentos antes.

-Arigato Gozaimasu~, Chinen se ha portado como un caballero hoy—, mis piernitas iban arriba y abajo, producto de mi emoción por el dulce.

-Pues Mery Anne se ha portado muy bien hoy en nuestra cita—le dio una cucharada a su helado.

“Cita” había sonado algo fuerte pero hermoso, lo mire de reojo y seguía ausente a lo que había dado en mí aquella palabrita. Si bien era una niñita en ese momento, mi mente no lo era al cien por ciento, ¿pero qué hacía que Chii me gustará tanto?

Sus ojos eran hermosos, tenían en extraño brillo interior que hacía parecer que aquel oscuro renegrido iris al mezclarse con la luz se hiciese de tono un poco más claro, era extraño pero lindo.

-¿Sucede algo?—se me acercó y giré la cara sonrojada.

-¡No!, no es nada—, intenté perderme en mi helado pero el reflejo de aquel espejillo frente a nosotros me hacía poner peor.

No podía llegar con exactitud a lo que me pasaba pues era algo nuevo, sentí su mano rozar la mía, me dijo que teníamos que irnos y yo solo asentí.

-Tenemos que volver por que ya debo ir a trabajar, ¿dónde vives?

Le di la dirección y seguimos caminando, sentía que por un lado no quería que terminara mi “cita” con Chinen y por el otro, quería más de ese sentimiento, aquel mismo que me hacía sentir algo lindo dentro, era diferente a todo, no solo era una emoción, sino un sentimiento, los sentimientos son duraderos y de largo plazo no como la emoción que dura solo un suspiro y cuando te das cuenta ya no está. Pero ésta vibración seguía en mí y no parecía dar marcha atrás. Chinen volvió a tomar mi mano y esta vez sentí como mi corazón latía a mil, mi rostro se volvía caliente y no podía evitar mirarlo a la cara. Él no se daba cuenta pero yo estaba tan ensimismada en mis sentimientos y en lo que sentía en ese momento que dirigí mi mirada al canal de agua que nos rodeaba y mi cara roja me dio pena, tambaleé y resbalé. La mano de Chii estaba algo distraída, sino hubiera sido por mi inmadurez nada de eso habría pasado.

¸.•♥•.¸¸.•♥• Mery cayó al agua •♥•.¸¸.•♥•.¸

Al instante que la niña resbaló y cayó, Yuri inmediatamente se lanzó por la pendiente y vio como la niña se hundía, patalear no iba a salvarle la vida, así que se zambulló y la buscó, una vez encontró su mano la atrapó con la suya y la jaló fuera.

Al fin pudo tomar aire y con ella en sus brazos, Mery pudo abrir los ojos y mirarlo bien directo a los ojos.

Aquellos ojos negros, agujeros por los que me pierdo cada que los observo, son simplemente una extraña adicción, ahora veo que el sentimiento de amor a florecido dentro de mí… y se llama Chinen~

-¡Mery Anne!

-Chii… Gomen—su voz era débil y algo ronca, tenía los ojos entre cerrados—, gomen… por arruinar nuestra cita.

-No te preocupes—su voz era calmada y dulce—, pide un deseo.

-¿Deseo?—articuló confusa.

-Si.

Chinen besó su frente y fue allí cuando la niña cerró sus ojos sonriente por el hecho. Mery había cautivado el corazón de Chii y eso estaba más que claro, pero qué habría querido decir con lo del deseo.

-Yo deseo…

¸.•♥•.¸¸.•♥• Mas tarde •♥•.¸¸.•♥•.¸

La chica despertó en el hospital sana y salva, lo anterior solo había sido un desmayo nada peligroso, abrió sus ojos lentamente y se encontró con un oscuro iris muy familiar.

-¿Chii… Chinen?

Pensó que quizás lo vivido era solo producto de un mal sueño, que nada de lo que había pasado horas antes había sido real, realmente la imaginación podría enloquecer a las personas, fue su exacto pensamiento.

-Mery Anne, ¿estás bien?—sonrió al verla despertar otra vez.

-Si—contestó mirándose para no llevarse una decepción, descubrió que su cuerpo había vuelto a la normalidad—. Como, no lo creo—. Levantó la vista—, ¿Chinen?

-Mery—la abrazó con fuerza—pensé que había sido grave mi niña.

Mery impactada correspondió su abrazo y sonreía, ese día había sido extraño pero definitivamente el mejor de todos, y podía asegurar que Chinen esta vez no era un sueño.

Una cabeza que salía a escondidas de la puerta fue quien la ayudo a comprender, era Midori sorprendida de la situación sonriendo de oreja a oreja, entonces no era su imaginación.

Y de nuevo, esos ojos negros que me absorben, se ha vuelto parte de mi presente, es por eso que puedo sonreír, este día ha sido muy bueno… y se llama Chinen♥

Muy bien, siento que nada de esto fue muy bien hecho, juro que mejoraré cuando no se trate de Yaoi T.T aún así, espero esto me ayude a mejorar y claro, traerles más fics heteros (: Gracias por leer, y Gemela no olvides pedir un deseo :D!!!

Es todo, thanks for read x´3